La novia loca

Cuenta la leyenda que en una iglesia abandonada de San Raymundo Jalpan se aparece por las noches el fantasma de una novia que busca al novio con el que alguna vez iba a casarse. Dicen que el día de las nupcias un sismo derrumbó la iglesia y lo único que quedó fue la imagen de San Raymundo, que fue llevada a otra iglesia. Desde entonces la novia se aparece todas las noches para buscar al amor de su vida entre los escombros.

Pedro Miranda escuchó este relato por vez primera de boca de una joven oaxaqueña oriunda del pueblo de San Raymundo Jalpan. Ella tiene debilidad visual. Miranda visitó la localidad y quedó cautivado por la existencia de las ruinas referidas en el relato; quiso entonces registrar el fantasma de la novia. En una primera aproximación, el artista se valió de fotografías en color, fuera de foco y con relieves, para atender la percepción de su interlocutora. Sin embargo, el resultado no le satisfizo. Aunque él mismo está ciego, ya no albergaba ánimos de hacer obras accesibles para los ciegos, ni didácticas para los no ciegos. Su segunda aproximación, recuperada por la presente muestra, dejó a un lado la invidencia y se entregó a la poética de la historia.

Tres actantes —las ruinas, el prometido ausente (memoria de una difunta) y el espectro de la futura errante— son entretejidos por fotografías, ahora en blanco y negro, seccionadas y recompuestas como textil de bastidor. En ellas la protagonista lleva un vestido —aquí irónicamente presente— conformado por material futurístico de desecho. Este tratamiento acentúa, a la vez que impide divisar plenamente, la extrañeza de una escena tan imaginaria como concreta, donde las mencionadas figuras inanimadas se resisten a la inexistencia y al olvido, desde aquel umbral que disocia y relaciona la presencia con la ausencia, la materia con la fe, y lo visible con lo invisible.

Benjamín Mayer Foulkes y Joanne Trujillo















La novia loca
Pedro Miranda
Algodón y papel
100x150 cm.
2010

El vestido utilizado fue confeccionado por la escultora Miriam Ladrón de Guevera, en ocasión de un performance propio anterior.

La serie original está conformada por 19 fototextiles.